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No pisé la posada. Me cambiaron arbitrariamente de alojamiento.

Tenía una boda en El Molar por lo que hice la reserva con 3 meses de antelación. El día anterior a mi llegada me avisaron de que, por un problema de disponibilidad, me iban a cambiar de alojamiento y no estaría en la Posada de Lola sino en la Cueva del Lobo. Me descontaron unos 20 euros por la diferencia de calidad. Como su nombre indica, la cueva era un apartamento estrecho, incómodo y sin luz. Nada que ver con lo que yo había reservado. Además, compartía pared con un restaurante por lo que, por la noche, oíamos nítidamente los gritos del local. Por otro lado, la presión de la ducha era de apenas un hilito y ducharse se convertía en misión complicada. Avisé al contacto del alojamiento y le manifesté mi descontento pero no me ofrecía solución. Posteriormente me ofertó una noche gratis en otro momento en el alojamiento que yo originalmente había reservado. Decliné ya que el motivo de mi visita era la asistencia a una boda y no volvería a esa localidad. Le propuse la devolución del importe de una noche en la Cueva pero lamentablemente el alojamiento no estaba dispuesto.

Edificio, decoración y amplitud de habitaciones

No hay acceso a personas con movilidad reducida ni ascensor a la 1 planta