Lekeitio tiene mucho que ofrecer; las playas de Isuntza y Karraspio que se unen en marea baja dejando utilizable una plataforma de acceso a la isla de Garraitz o San Nicolás; El casco antigüo y el puerto para dar un paseo y disfrutar de la excelsa gastronomía mientras tomas un Txakolí (ligeramente espumoso vino blanco vasco); dar un paseo hasta el faro de Santa Catalina, único faro visitable del País Vasco, desde donde divisar toda la costa gipuzkoana; disfrutar del turismo activo con actividades de deporte acuático… Y qué decir de los entornos cercanos, como el místico y cinematográfico escenario del peñón de San Juan de Gaztelugatxe o la espectacular naturaleza de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, así como la historia del bombardeo de Gernika, con su museo de la paz o la casa de juntas, donde se ubica el árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas, o pasear y conocer las capitales vascas a los que se acceden en alrededor de una hora en coche.
Uribarren jauregia es una vivienda que te traslada a otra época. Permite al visitante sentir la experiencia de alojarse en una planta de un palacete, con los aposentos preparados para la tranquilidad y disfrute, con todos los detalles. Desde cocina-comedor tradicional con maderas nobles y todo tipo de electrodomésticos, a una zona de comedor con ventanal al patio del edificio, con fuente y peces de colores.
La entrada del portal desde la calle Uribarren ya es espectacular, donde dos leones dorados te recibirán como alguien especial que va a vivir una experiencia sin duda singular. El propio ascensor es especial, con una cristalera enorme que se recrea en la subida y que tarda en llegar. Una vez dentro, el recibidor ya nos adentra en el estilo señorial de la casa, dando paso a su derecha a 4 habitaciones dobles con camas de 135 y 150. Algunas de ellas con una división dentro de la misma estancia para el descanso y la lectura o costura.
La habitación principal, además, dispone de un salón de baño oculto en el armario empotrado de la habitación. Como en un cuento, al cruzar el armario el espacio se vuelve enorme y la bañera en forma de concha y las piezas del lavabo están dispuestas para el uso personal del huésped.
La vivienda dispone, de otro baño en zona común, con una gran bañera, donde llaman la atención los lavabos y retretes pintados.
El Salón con vistas a la casa Consistorial, la zona del puerto y el mar, se dibuja como un espacio de relax, bajo las lámparas, florones, molduras pintadas y grandes ventanales que se extienden por toda la casa.
Una vivienda espaciosa, con todo lo necesario para una estancia perfecta y vivir la experiencia de vivir en otra época, perteneciendo a la clase alta.