El pueblo

Una gran decepción. No sé ni por dónde empezar. -Edificio antiguo por fuera reformado por dentro. -Recepción con una cajetilla para coger las llaves mediante un código, ningún tipo de recomendación a excepción de un restaurante. -Difícil dormir en la cama ya que hay bastante humedad y las sábanas están muy húmedas, por no hablar de la ropa. -Se oye todo el ruido de la calle por la noche. -La puerta del portal está abierta 24h. -La cerradura de la puerta de entrada no funcionaba bien, para abrir por dentro necesitas llaves, con lo cual si uno sale y otro se queda dentro, te quedas encerrado porque necesitas llaves para poder salir. -No hay ni jabón para limpiarse las manos, ni gel ni champú, dejaron solo una toalla de manos para dos personas… -Tampoco tiene wifi. -No tiene para sujetar la alcachofa de la ducha, tienes que estar con el brazo levantado todo el rato como si estuvieras agarrado a la barra del autobús, lo cual me parece personalmente bastante incómodo. -Me parece muy poco higiénico tener una cortina en la ducha ya que se te pega continuamente al cuerpo. -En la descripción no dice nada de que no tenga ascensor, con lo que si viene alguien con problemas de movilidad lo va a tener difícil para poder acceder. -No hemos visto en distintivo de VT en ningún lado y a la hora de hacer el check-in (no vimos a nadie en ningún momento de la estancia) no nos han pedido los DNIs. La verdad que con lo que hemos pagado nos esperábamos otra cosa.

El alojamiento estaba genial equipado con aceite, especias, cafe y todo. Además, muy bonito. La cama era muy comoda y el sofa chulisimo y ademas se convierte en sofa-cama.

Si tuviera que concretar algo a mejorar es poner un horno, y que el piso es un poco humedo pero en general estaba todo muy bien.