Villa baronial desde el principio, escapó del devastador flujo de lava de 1928 y luego se convirtió en una granja, Villa Carlino conserva una piedra de molino del siglo XIX completamente restaurada.

Desde las grandes terrazas y los exuberantes jardines se puede admirar un panorama que, desde el mar hasta el volcán, representa uno de los rincones más sugerentes e inusuales de Sicilia. Los espacios disponibles están diseñados de forma lineal, ordenada y brillante, en perfecta armonía con la naturaleza circundante.