Nos gustó mucho la situación en Oliana, teniendo cerca bar-restaurante, una tienda abierta hasta las 00horas, loterías, panadería y pastelería geniales a unos 5/10 minutos caminando. Además de tener muy cerca la montaña si te gusta hacer senderismo. La terraza con solete y las vistas una pasada. La cama "grande" son dos camas en verdad unidas pero se descansa bien. Juegos para niños y las habitaciones amplias y chulas. La calefacción es genial en invierno. Aunque se paró el termo y tienen indicaciones en el mismo termo para ponerlo de nuevo. Amabilidad del propietario. Súper bueno que se puede llevar mascotas y de momento no hay que pagar suplemento, cosa que en muchos sitios sí.

Muchas cosas atrotinadas: paredes ralladas, el sofá muy incómodo y daba miedo sentarse por si se desmontaba. Sartenes hechas polvo para cocinar, las de acero se salvan pero se pega todo. Estropajo y balletas usadas. Poca presión en las duchas. La maneta de la puerta del lavabo de arriba estaba rota. En la terraza, menos una de las sillas, las otras estaban todas rotas. Pelos en la ducha de abajo sin sacar (y no eran nuestros...) El secador con polvo y como pegajoso. Aconsejo llevar: aceite, sal y vinagre, tostador porque hay. Papel de cocina también y secador. No hay wifi aunque es lo de menos.