Todo fue genial. Una finca verdaderamente preciosa, bien cuidada, pacífica y con unas vistas espectaculares. Es mejor ir con transporte propio, pero si no, 5 minutos a pie y uno tiene la posibilidad de agarrar un Willis o un bus al centro. Luisa es estupenda, y el resto del staff también. El precio, sinceramente, casi imbatible.

Volver de Filandia es más limitado ya entrada la noche, pero eso es cierto para cualquier finca que no esté en el pueblo mismo. A cambio, el lugar es mucho más especial y en contacto con la naturaleza.

Me encantó el espacio, muy cómodo, muy hermoso, muy tranquilo, Luisa muy amable siempre pendiente. De hecho solo reservé una noche pero luego de pasar por otro hostal me regresé. Volvería siempre