Apartamento exclusivo y único situado en el corazón de la ciudad, a menos de 50 metros del mercado central de la ciudad, es tranquilo pero muy cerca de restaurantes, zona comercial y los principales puntos de interés por la ciudad.
Apartamento exclusivo y único situado en el corazón de la ciudad, a menos de 50 metros del mercado central de la ciudad, es tranquilo pero muy cerca de restaurantes, zona comercial y los principales puntos de interés por la ciudad. recién restaurada en finca que aún conserva sus orígenes. A un paso de todas partes, la playa, el malecón, la Catedral, el Ayuntamiento, museos, rutas… romanos y fenicios.





Declarada de Bien de Interés Cultural, el año transcurre entre sones flamenco, carnaval, teatro iberoamericano, títeres, música española, cine y luz. La luz de esta ciudad, una muy especial. Y el viento, que arrasa más allá de la muralla pero que solo se contonea dentro del centro diseñado en maqueta para hacer más fácil tu paseo.





La casa está sin estrenar. Todo es nuevo o rescatado de anticuario. Completado con cariño y con respeto a cada una de sus paredes, de sus maderas, de sus historias. Cuando la compré, su dueña, casi centenaria me dijo: “Si yo te contara…, hija, he sido tan feliz con mi Antonio en este corredor”. Quizás por eso cuando la pisé derrumbada sentí algo de aquello y por eso todo lo posible sigue estando allí para compartirlo “cómplice”, contigo. Los herrajes, los cierros, el pino Flandes de las vigas, de los dinteles…





Si eres más práctico, que sepas que, a un minuto tienes dos parking públicos, a una esquina, un supermercado, casi cayendo de bruces, el mercado central, a minutos de la estación de tren, de la de autobuses, de la zona comercial, del puerto de la alameda, del Cádiz que es Cuba con menos negritos, de vistas y de sus atardeceres, únicos para cada uno. Desde el Campo del Sur, desde La Caleta, todo una gozada y un lujo. O el amanecer, para madrugadores desde, La Alameda, mezcla infinita de azul y verde.





Cádiz es una ciudad indiana, para vivirla desde todos los sentidos, para caminarla mirando sus fachadas hacia arriba, buscando sus múltiples torres miradores, bajando a su subsuelo. Y esta casa, con todas sus historias, las que guarda y las que aún no conozco espera cómplices a los que unirse.





Será todo un placer compartirla.