Immersion dans la nature gentillesse du personnel et très simple et très bonne cuisine

La ubicación en mitad de la selva junto al río Loboc es mágica, el pequeño embarcadero junto al río nos enamoro. Las habitaciones a pesar de ser básicas estas bien pensadas. El restaurante muy muy buen, además tuvimos un problema con la moto de alquiler y nos lo solucionaron rápidamente.

Echamos en falta algún tipo de almacenamiento para dejar las maletas en la parte de abajo de la cabaña. Además, de agua caliente, pero obviamente sabíamos donde nos hospedábamos.

El sitio es espectacular, una pequeña cabaña en lo alto, como una casita en el árbol. El río Loboc está a tan solo unos metros del complejo, donde puedes hacer muchas actividades como kayak, paddle surf y una ruta en barco, kayak o paddle surf para ver las luciérnagas de noche. El entorno es idílico, como estás en medio del bosque, hay insectos y bastantes sapos por la noche pero estuvimos muy cómodas y como las camas cuentan con mosquitera, no hay problema con los mosquitos. Por la noche hacia un poco de calor pero utilizando los dos ventiladores que nos proporcionaban pudimos dormir estupendamente. Además, la comida que ofrece el restaurante del complejo está muy bien, cenamos ahí todos los días, no teníamos necesidad de ir a otro lugar para comer en nuestra corta estancia. Pudimos probar dos platos típicos filipinos que se ofrecían en el menú del día, deliciosos.

No hay nada que no nos gustara, simplemente hay que tener en cuenta que al tener que subir y bajar por la escalera para acceder a la habitación, hay que tener cuidado y que no sería adecuado para personas que tengan alguna dificultad en la movilidad. El baño y la ducha están abajo. Solo por poner una pega, los precios de las actividades en el complejo son más caras que las que se ofrecen fuera de él.

Alojamiento perfecto para relajarse sino fuera por el desastre de organización.

En el momento del check-in pagamos el alquiler de moto y las tasas pero el personal no se organizó bien para llevar las cuentas de la habitación y antes de irnos, nos lo volvieron a cobrar. Cuando les dijimos que ya lo habíamos pagado, no lo recordaban. Al no dar recibo, no teníamos cómo demostrarlo. El hotel en general tiene un gran descontrol respecto al personal, no hay una buena gestión. Además, primero te intentan vender una actividad a un precio y después te cobran de más sin haberlo avisado antes. Mucho cuidado con no pedir factura al pagar algo en este hotel ya que no te dejan pagar hasta el final. No dejéis la cuenta para el final porque os cobrarán cosas que no habéis consumido sólo por engordar la cuenta.

Cooles Erlebnis mitten im Jungle, man darf keinen Luxus erwarten, weil den bekommt man dort nicht, braucht man auch nicht, man hat alles was man braucht Eigene Toilette sowie Dusche, es war sauber, wir würden jederzeit wieder kommen Sehr freundliches Personal

Man braucht auf jeden Fall einen Roller, zu Fuß wenig zu erreichen Preise für Getränke deutlich teurer als in anderen Restaurants

L’établissement , le lieu , le personnel bienveillant, cuisine très bonne , location de scooter rien à dire. Pas de gros insectes

Douche froide mais il fait chaud donc pas gênant

Nous avons beaucoup apprécié l’emplacement, dans la forêt au bord de la rivière de Loboc.

Un espace commun où l’on peut se poser sans forcément consommer et où l’on peut ramener nos propres consommations serait un plus.

A peaceful place in the middle of the forest. A perfect balance to the beach. Exceptionally friendly staff. We had great conversations with Raffa 😍 and got a lot of helpful tips. The food was also very tasty and the river is simply magical.

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